Yo evoco al triple ser que es creado
y creador, realizado y morador.
El más sensible y espiritual de los estados
se limita al océano del equilibrio.
El haz en el agua y su naturaleza inerte
se sumerge, inmutable, en el polen de una flor
y flota en el aire y surge de los árboles
y se encarna en el Profeta: el elegido
que reúne lo revelado y lo interpreta
y encuentra en Él, la luz que guía al ciego
La manifestación de Dios en él,
un universo vedado para los asnos.
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