martes, 10 de abril de 2007

Morir antes de morir

Morir antes de morir

y dejar de visitar a las mujeres

conservar las aptitudes del que mira

y ser, para Él, todo ojos.


Conservar la existencia de por vida

y no revelar el nombre del Amado

sus cualidades de vino inmortal

y liberarse de las cadenas del acto.


Pura unidad, sin diferencias con el Ser

y en su regocijo de siervo dichoso

recorrer el camino hacia atrás,

los confines infinitos del regreso.


Morir antes de morir

y conservar los atributos del dos

el tesoro oculto de la amada

en un vientre con rango de totalidad.


Y ser fuego, sin añadir nada al fuego

y ser brasa de la hoguera y no quemarse.

Ser amor en ella y no consumirse

porque la amada es amor en si y no arde.


Esa clase de amor que sólo admite

borrar sus efectos a través del don,

fundida en la caridad del que se da:

una fuerza que posee y en ella existe.


La locura es mi aliada

Veo en medio de la bruma

Ardo en un océano de agua

Me licúo en el corazón del fuego.

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