martes, 3 de abril de 2007

Conformidad de Paloma

Es media luna, paloma, aquí en el norte

y Berenice es cómplice de mis anhelos:

una odalisca vieja de frutas amargas

que sólo calcina con ternura mis ojos cansados.


Es media luna, paloma, aquí en nuestra jaima

donde sólo los camellos conversan entre sí

y ofrecen testimonios de prudencia al malhechor

no distingo los colores, pero advierto los jazmines.


Las rosas y las espinas conviven en mi recuerdo

y el té y las naranjas, la leche y el ámbar

ya no son las mismas, sin haber cambiado

ni su esencia o contenido o paladar.


Sólo el significado cambia en el instruido,

en aquél que goza de la sutileza del rango

y convive tanto tiempo con la castidad.

¿Acaso el santo no te alcanzara en su vuelo?

a ti paloma, que lejos de mi y con otro vino

embriagas con fluidos el descanso de otros,

más verdes que la albahaca tus ojos

y demasiado blanca tu piel para el desierto,


resurgirás en otro vientre, en otra sangre

poblarás las salinas y las ventiscas

te harán saber de donde procede la miel

y sostendrán una vela y soplarás enjambres

extendiendo un regocijo de avispas,

que zumbarán desde Asia Menor a Samarkanda:


en los confines del mundo, hay una paloma

que sabe de mi amor y destila azúcar.

1 comentario:

mia dijo...

Cómo no te he descubierto antes?