El accidente del hombre es su retorno
sin arquitecto, ni médico o contratista,
el sabio más hondo es un asno sin fe,
sino afirma su reunión y es sólo uno.
La dilatación de la fe precisa de esposa
y refuerza la certidumbre del soldado del Ser
que expresa su gozo y le da la bienvenida
y se convierte en padre, madre y hermano.
Que su aislamiento valeroso no sea turbado
por otra cosa más que el saludo del esposo.
miércoles, 14 de marzo de 2007
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