miércoles, 14 de marzo de 2007

Oración de la esclava

Héme aqui señor, tu arcilla
tu pan y tu harina,
la masa de tu voluntad,
el agua de tu saber,
el cemento de tu roca,
el fuego de tu horno,
el bronce de tu alquimia.

En tus manos de orfebre
me encomiendo a tu proyecto,
invisible encadenada,
entregada y paciente,
aniquilada y paradójica:
desgarrada de tu Voluntad,
alimentada por tu juicio.


Será así:
que aun siendo tuya
el fermento de tu leche
me hará a mi misma
levadura de un pan
hecho para saciar
eternamente.

No hay comentarios: